IMPORTANCIA DE LA MUJER EN LAS SOCIEDADES ANTIGUAS DE EGIPTO Y MESOPOTAMIA


Como muy bien lo dice George Duby en su extenso trabajo de la “Historia de la mujer en la Antigüedad” (1), a lo largo de los siglos y en las distintas civilizaciones antiguas, la mujer ha sido percibida y vista según los criterios masculinos del momento por lo tanto, el estudio que se ha realizado y se realice sobre la importancia y el papel de la mujer en las sociedades antiguas tiende no sólo a ser reduccionista, sino también a mantener cierto criterio parcializado que muy difícilmente permite ver la objetividad de la realidad de aquellos momentos. Sabiendo que en el estudio histórico la verdadera realidad es una simple ficción de los historiadores, lo que se pretende en este trabajo comparativo, no es sólo dilucidar a través de las diferentes fuentes iconográficas y textuales la importancia tanto de la mujer egipcia como mesopotámica, sino también crear una mirada diferente frente a la mujer antigua.

Asimismo, el trabajo comparativo profundizará cuatro temas distintos (jurídico, religioso, socio-político y sexual) relacionados con la mujer, para ampliar no sólo nuestra visión frente al tema, sino también para exponer nuevas preguntas que inquieten al lector. De esta manera, el estudio de la mujer egipcia y mesopotámica se hace fundamental, ya que nos permite observar dos caras de la misma moneda. Para comenzar, se hace necesario hacer unas cuantas preguntas que estructurarán el trabajo; primero ¿La importancia de la mujer antigua radicaba en su ser sexual?, segundo ¿si la mujer era principio de naturaleza podría convertirse en fin cultural?, tercero ¿se podría entender el origen de las prostitutas como mecanismo social de colectivización ? y cuarto, ¿cuáles podrían ser las principales causas del refinamiento de la mujer?

La mujer egipcia se ha convertido en el máximo exponente de la autonomía femenina en la mayoría de las sociedades de la antigüedad, cabe destacar, que en comparación con las mujeres contemporáneas de Grecia, Roma y en especial Mesopotamia, las egipcias vivían con cierta libertad, respeto y libre albedrío que las convertían de alguna u otra manera en el igual del hombre. Pero es preciso aclarar, que la importancia y la funcionalidad de la mujer en la sociedad egipcia no derivaban de un régimen matriarcal, todo lo contrario, prevalecía la voluntad y obediencia hacia el hombre. Al igual que la mujer egipcia, las mesopotámicas tuvieron oportunidades jurídicas que les permitían mantener cierto control dentro de su vida.

En Egipto antiguo a la mujer se le reconocían todas las prerrogativas de las que gozaba el hombre (2), podía divorciarse, heredar, culpar, juzgar, etc., tenía la oportunidad de ejercer sus derechos cumpliendo los requisitos que se le exigían. Antes de mencionar las exigencias, es importante tener en cuenta, que la posición de la mujer egipcia al igual que la mesopotámica variaba entre ciudades, sector social y cambiaba a lo largo de los años por lo tanto, los requisitos que se le exigían iban modificándose de acuerdo a las leyes imperantes. Por ejemplo, durante el reinado Sumerio, las mujeres aunque tenían la función de procrear, tenían mejores posibilidades jurídicas y sociales que durante el reinado de los Acadios.

Al igual que las mujeres de la elite egipcia, quienes obtenían grandes beneficios por su status como la posesión de bienes, herencias, contratos de propiedad, independencia económica, etc., las mesopotámicas tenían privilegios que sólo podían disfrutar si pertenecían a la pequeña élite, estas mujeres sabían leer, escribir, coser, pintar y hasta cierto punto algunas podían ejercer poder administrativo. Aunque debemos destacar que la posición jurídica de la mujer egipcia de la élite fue mucho más equivalente al de los hombres, la mujer mesopotámica tuvo privilegios y leyes que la protegían. Para el gobierno de Hammurabi, se decretaron diferentes leyes que no sólo castigaban a los hombres, sino también a las mujeres promiscuas y mentirosas, so pena de muerte. No obstante, es importante destacar que estas leyes no llegaron a ser tan radicales y exigentes como se hubiera esperado. Gracias a la estabilidad del régimen económico de Egipto basado en la redistribución, la participación y contribución de la mujer tanto de la élite como del pueblo, fue mucho más visible que en Mesopotamia, la mujer egipcia mantenía su autonomía económica sin representación alguna y tuvo la oportunidad de heredar, a comparación de la mujer mesopotámica, quien vivió bajo los mandatos y criterios de su padre o esposo.